Y no te pudiste resistir, te enamoraste para siempre del dueño de esa mirada. Pero, ¿cuánto tiempo es para siempre? A veces dura sólo un segundo o quizás una vida entera.

Enamórate de él todos los días como si fuese la primera vez y cuando sientas que el amor se te acaba, prométeme que te situarás en la primera casilla del tablero y recordarás todos los motivos que te hicieron quererle y desearle como si no hubiera un mañana.

El amor es un sueño y los sueños pueden hacerse realidad.

Durante mucho tiempo rondaba por mi cabeza frases tipo: “¿pediré cosas imposibles?, ¿seré demasiado exigente?, ¿por qué no le quiero?, ¿y él, realmente me quiere?. Todos son iguales”.

Me resistí, dejé de pensar…

Siempre se empieza con ilusión las relaciones, hasta que una se cansa de los rollitos de primavera que no van a llegar a ningún puerto. De amores pasajeros, amores vacíos, de relaciones que se dejan a medias o que se está para pasar el rato. Muchas veces perdemos el tiempo en relaciones dañinas, buscando respuestas que no sirven para nada y nunca sucede nada de lo que cabía esperar.

Pero siempre diré que la relación más dura es aquella en la que una persona quiere y la otra no… ¡Cómo duele! ¡Cuánto se siente!

Siento envidia sana al ver a los que me rodean con pareja, ver sus caras que radian de felicidad. Los felicito.

Esto me hace pensar si realmente estoy haciendo bien las cosas, ¿en qué fallo?, ¿seré yo?

En lo que a mí me respecta, he pasado por todas las etapas, he superado trabas, pruebas, retos que se presentaron en mi vida poniéndome por delante relaciones que no cuajaron, no funcionaron, parejas que me hicieron daño E incluso personas, sin tener nada, fueron hirientes. Aún así, he aprendido con las experiencias, me han hecho más fuerte y a la vez más débil.

Un día te das cuenta que todo comienza de nuevo, que algo bonito está sucediendo. Te conocí. Justamente cuando menos lo esperaba pero llegaste a mí cuando más te necesitaba. He traspasado la línea de la amistad y entré en otra dimensión cuando surgió esa conexión perfecta entre los dos. Aparecieron las miradas, las caricias y los besos. Los mayores deseos se vuelven cada vez más intensos.

Noto como mi corazón se derrite cada vez que pienso en ti. Se van sumando nuevas sensaciones desde que aparecieron las dos palabras mágicas. Se va haciendo fuerte el sentimiento pero tengo miedo de que llegue el momento en que aparezcan las dos siguientes palabras mayores, porque ahí es cuando mi razón da un mazazo y mi corazón se hace un puño. Se asusta, huye.

Me entra el pánico, el miedo a enamorarme y no poder controlar los sentimientos, miedo a pensar que me harás daño.

Tengo una lucha constante entre la razón y el corazón. No sé por qué pero el del norte pesa más y siempre ha ganado. Quizás por eso nunca seré feliz.

Es irónico cuando pienso en lo bonito que sería encontrar a alguien que vaya a la par contigo, que no sólo quiera aparearse con tu cuerpo sino también con tu mente, tus sueños, ilusiones, tener ambiciones conjuntas. Lo bonito que sería convivir con una persona que te apoye, en quien confiarle los secretos. Crecer con ella, cuidarla y mimarla. Básicamente, ser feliz.

Temo cada vez que te oigo preguntar “¿qué te pasa?” porque siempre digo la misma respuesta: No me pasa nada, sólo estoy pensando… Pienso demasiado.

Quizás algún día mi razón se deje llevar con el corazón. Quizás algún día ganará el corazón, el amor.

No puedo evitar sonreír al pasado. De esos días que volvería a recordar una y otra vez, a revivir… La felicidad.

Me preguntaba qué hubiera pasado si tantas cosas cambiaran ¿Qué habría pasado? Tantas cosas haría.

Aún tengo la esperanza de que mi suerte cambie a mejor, tan solo esperaré.

No puedo evitar mirar hacia atrás y creer que algún día estarás a mi lado, de que volverás mi suerte, porque no puedo imaginar mi vida sin ti. No quiero recordar cómo te perdí, prométeme que jamás me olvidarás.

Te quiero y te deseo tanto como para volver a reinventarte. Suerte.

Puedo olvidar todo lo que me dijiste o dijiste al ajeno. Puedo olvidar lo que hiciste, pero jamás me olvidaré todo el dolor que sentí gracias a ti.

Me resultó increíblemente difícil de creer que todo sucediera tal y como sucedieron las cosas, no lo asimilé con el paso de los días posteriores, porque yo también estuve allí a tu lado, creyendo en ti y no lo vi venir, aunque ahora estoy casi segura de que en el fondo sí lo sabía. Pero también sé que estarás todo el rato mintiendo y ya no puedes parar… Pero date cuenta de que, tarde o temprano, las mentiras hacen sangre hasta a uno mismo…

Desde aquí te aplaudo efusivamente por esa facilidad pasmosa de engañarme. He visto callar a todo el mundo, incluso al sol y a la luna. Me impresiona que tantas mentiras invadieran en mi vida, ahora ya todo da igual, ya nada queda lo que un día fue, ni siquiera cenizas de aquella obsesión mutua. Fue un desengaño más de otros tantos, y este amor traicionero no se recompondrá, ni lo perdonaré jamás.

Todo lo que en un día dejaste huella, desapareció con el paso del tiempo, a base de reflexiones y de quererme más a mi misma y dejarme sentir otras caricias para curar el dolor.

Llegué a la conclusión de que no hay nada más patético que llorar por una persona amada que nunca amó en la vida ni a la vida, pretender llenar un vacío odiándolo sin piedad. Y todo ¿para qué? Para nada…

No quería asumir una realidad tan pronto, de que antes de conocerlo también tenía mi propia vida sin él. Ahora digo siempre que hay que mirar hacia adelante y no derrumbarse más.

Ahora sólo quiero saber si todo lo que viví contigo fue real. ¿Cuántas veces eras tú y cuántas no? Pero hoy sonrío con desmesura. Soy muy feliz.

El mundo cambió para mí, de blanco y negro, pasó a color y respiré la alegría que había en él.

Hasta que un día decidí hacer un gran ramo de flores…

Junté una acacia amarilla para demostrar que ante todo tengo elegancia, dignidad y además de tener un amor secreto, que eres tú. Varias amapolas blancas para que mis sueños se hagan realidad, y como estoy llena de esperanza, añadí al ramo campanillas de invierno e iris blancos. Un jazmín blanco como muestra de amabilidad y como me quiero aferrar a ti, adorné un poco de glicinia.

En el momento en que junté azucenas y flor de lis, porque mi corazón inocente está lleno de fuego, de llama, tuve que poner rosas blancas y rojas por esta mezcla de sentimientos.

Pero también pedí una flor, para que mantengas esa promesa que me hiciste un día, una flor del ciruelo y muchos nomeolvides (no es necesario decir porqué ¿no?).

Hoy en día suspiro por ti, y los claveles rojos invaden parte del espacio del ramo y hacen hueco para los tulipanes rojos, porque al fin y al cabo esto es una declaración de amor, y del verdadero, así que también está el mirto por medio, con los tulipanes para que así hagan más fuerza al amor.

Y por último, el día que vaya a ser la mujer más feliz del mundo, espero estar rodeada de millones de calas blancas y de todos los colores posibles, también lirios del valle y peonias blancas, ya que el color blanco significa pureza, elegancia, nobleza, perfección… Y este color me hace sentir libre contigo.

Y sí cariño, te estoy hablando de ti ahora mismo… Hoy te llenaría de crisantemos rojos para decirte que te quiero mucho y es que mi adoración eres tú, mi girasol.

¡Quiero que este ramo de flores dure para siempre!

No me catalogues, ni me juzgues, ni me vulgarices. No me insultes para descargar esa adrenalina contenida, no soy como tú, ni dudes de mí… No me defines, soy un misterio, jamás me conocerás al 100%.

Todos sabemos que hay errores que se pagan con el tiempo, y otros a medida que uno se equivoca…

Soy consciente de que no soy una persona perfecta, pero sí lo bastante justa con la gente, aunque haya algunos que se lo toman a la tremenda todo lo que digo, y sinceramente… No me importa en absoluto, me cansé de dar explicaciones, me cansé de tener que estar pendiente de la gente que después menosprecia a la mínima… ¡Me cansé de muchas cosas! Y sigo repitiendo cien mil veces mi mítica frase “cuanto más te preocupas por alguien, más por culo te da…” Que también repetí por aquí.

Hace mucho tiempo que sé que nadie es imprescindible para nadie, ni yo soy propiedad de nadie, por lo que nunca entendí cómo puede haber quién piense que todo el mundo gira a su alrededor, porque no es el centro de nada…

Puede que haya hecho llorar a alguien por mi culpa, ya sea de alegría como de tristeza. Pero nadie sabe cuánto he llorado yo de rabia entre estas cuatro paredes de color perla por aquella que nunca entendió que los demás también sufren.

Lo único que me alivia al pensar es que he conocido gente maravillosa, con la que me lo he pasado pipa, valoré mucho que no me hicieron sentir sola en ningún momento. Fui (y aún soy) querida por todas aquellas personas que estuvieron a mi lado, lo agradezco de corazón.

Sé que me estás leyendo y quiero decirte que después de estos años que nos conocemos, me alegro de que formes parte de mi vida y del recuerdo bonito. Te adoro porque me acogiste con mucho mimo, te adoro porque nunca me has fallado y te adoro porque tu amistad es lo más valioso que tengo. ¡¡Te adoro pequeña reina!!

Tal vez las cosas no siempre salen como una se lo espera o imagina, pero sabes que a mí me tendrás siempre a tu lado, estemos o no físicamente presente, y te he demostrado con creces mi lealtad y la plena confianza que puedes depositar en mi.

Sé que soy muy torpe a la hora de mostrar mis sentimientos y quizás nunca sabré cómo decirte las cosas, pero con sólo mirarme a los ojos sabes que haría muchas cosas por ti (por no decir cualquier cosa…)

Guardaré en mi baúl de los recuerdos todos aquellos días que estuvimos juntas, compartiendo confidencias, largos minutos en silencio, esas charlas interminables incluso en el MSN y sobre todo el saber que tenemos la una a la otra. Y por supuesto, guardaré todos esos días que aún está por vivir.

Intento hacer las cosas lo mejor que sé hacer, quizás por lo torpe que soy a veces, alguna vez te herí, te pido perdón. Pero me alegro de que nunca hayas perdido la sonrisa cada vez que nos veíamos.

Mil besos para cada una de las personas que estuvieron en el momento exacto y en el tiempo ideal para compartir nuestras vidas. ¡Mil brindis para vosotros!

Me sobran estas líneas para decirte que no hay nada más espectacular que pensar en ti, en esos ojos, en esos labios que tanto deseo saborearlos a todas horas…

Cuando hablo contigo me gusta vacilarte e incluso verte cabrear un poco, pero cuando no estás, imagino tu sonrisa, tus gestos y con los ojos cerrados intento tocarte, buscando esos morritos que pones a veces para poder mordértelos con ansia.

También para decirte que en mis sueños todos mis deseos se cumplen y los vivo como si de verdad pasase, al igual que los sufro…

Con todo esto se resume en que no me gustaría tener que pedir perdón por ser feliz, sea contigo o no. Te conocí, eres parte de mi vida y con esto me basta.

Me sobran estas 10 líneas para decirte que te quiero.

Estas últimas semanas no hago más que llorar y llorar como una desconsolada. Llorar hasta cansar.

Lloro por ti, por ver esa hoja cuadriculada del cuaderno, que en una tarde dibujé dos columnas en una carilla. En el lado izquierdo anoté todos los momentos y cosas maravillosas que sentí y viví a tu lado. En el lado derecho recordé todos esos días llenos de tensión, discusiones habidas y por haber… Adivina qué lado ganaba en peso sobre la balanza…

Así que en la otra carilla de la hoja, volví a dibujar dos columnas en búsqueda de un buen resultado, al menos uno mejor que el anterior. En la columna de la izquierda escribí todas las cosas que había hecho y cambié por ti, y en la columna de la derecha… No sabía qué poner. Rompí a llorar al darme cuenta de que no me querías. No hay peor sentimiento en este mundo que no sea la desilusión.

Hay palabras que vuelan, palabras que duelen, y ahora estando más tranquila, he de decir que fue un amor que no era de verdad. Quizá una obsesión por la parte que me toca…

Era como soñar una realidad inexistente y en cierto modo viví una pesadilla sin darme cuenta…

Quiero pensar en estos momentos que me equivoqué al enamorarme de una persona que no eras en realidad. Eras otro.

No logro creer del todo que di todo mi amor, mi cariño, mi propia vida y mi corazón a cualquiera en el sentido metafórico y literal. Eres otro, no el que yo conocí, del que yo me enamoré…

Oí mil palabras bonitas, mil susurros que quedaron en la nada porque no cumpliste de la primera a la última promesa que hiciste. No me basta con que sólo me quieras y me tengas cariño. Necesito más.

No puedo seguir viviendo con esta agonía de no saber qué hacer ni decir, o simplemente qué es lo que va a pasar…

Puedo comprender que el camino que nos separa tiene multitud de recovecos y yo recorrí hacia a ti, en tu busca… Pero no llegas, llegas tarde, y me cansé de esperarte tanto… Necesito superar esta amarga etapa y darle luz a mi vida, poder sentir florecer de nuevo.

No sé dónde fallé porque no entiendo este cambio, este desamor por tu parte. Creí que estábamos viviendo una gran historia de amor, superando las barreras que nos impusieron en nuestras vidas y me di cuenta (tarde) de que en ésta historia, lo único que existió fue aburrimiento y desidia.

Quizás no debí hacerte tantas preguntas, ni machacarte para que cambiaras por mí, por ti, o mas bien por los dos; porque a veces se escucha más de lo que se necesita oír. Esto lo digo porque más de una vez tuve que soportar grandes mentiras y es que no me importó ninguna mentira tuya en sí, sino que lo que más me dolió fue que me quisieras engañar, tomarme por estúpida… Quizás no debí tropezarme contigo en la primera noche…

Contigo me sentí siempre culpable sin saber siquiera porqué. Era una sensación muy extraña cuando yo sabía que no había hecho nada que pudiera arrepentirme después o tener que ocultártelo, sin embargo, tú sí. Conseguías hacerme sentir mal, sentir que me volvía una psicópata perdida. Es ahora cuando me siento culpable de verdad por ser como soy y por hacerme creer ser la que no era yo misma.

Aún así, cada día que pasa, cada tiempo que no estás a mi lado, es un día más de tortura. Necesito chillarte y expulsar todo este dolor que llevo acumulando dentro de mí no sé cuánto tiempo ya…

Necesito ponerle freno y sentido a todas las cosas. Tengo que decir “¡se acabó!, ¡basta!” y autoconvencerme de que todo saldrá bien.

Me duele pensar, que después de todos estos años, te tenga que decir ‘adiós’. No puedo ver que la persona que soñé un futuro juntos pueda desaparecer de mi vida sin más, para siempre.

Me duele que finjas amarme más que a tu propia vida cuando ni siquiera sabes lo que es eso… Ahora veo un futuro (incierto…) lleno de tristeza si te sigo eligiendo…

Lamento que todos los momentos preciosos e inolvidables que viví contigo jamás se repetirán con nadie y me entristece tener que oír que yo no estoy en tu vida ni en tu corazón, aunque tú tampoco lo estás en la mía, pero sí estarás siempre en mi corazón. Me supera la idea de que tú no me tendrás ni tú serás mío. Sé que no eres para mí…

Lucho constantemente por poder amarte cada minuto de mi vida, pero no me dejas. ¿Por qué? Dime qué te falta, qué estoy haciendo mal…

No tengo fuerzas ni voluntad para dejarte marchar, pero tal como están las cosas, tampoco puedo retenerte mucho tiempo más, y ya me siento muy sola… Sola y vacía.

En estos momentos estoy poseída por algo que no sé muy bien cómo explicar y es que me duele no sentir ser amada…

Nunca olvidaré nada de lo que me diste. Nunca te olvidaré y nunca olvidaré esto. Nunca recuperaré el tiempo perdido ni volveré a querer como te quise a ti. Nunca olvidaré que dolió.

Nunca más, nunca jamás.

Ya estoy cansada de pensar y sé que nadie es imprescindible, pero ahora te echo tanto de menos…