Mi día de San Valentín

Published by Shushyma under on 2/12/2009 12:57:00 a. m.


Qué rápido pasa el tiempo, pues hacía 15 días que estaban aún adornando los escaparates para San Valentín, y me doy cuenta que ese día se va acercando… Este sábado veré, otro año más, a las parejas superfelices, todo lleno de amor…


Hace dos años escribí esto:


“Creo que todos sabemos que San Valentín fue un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos, pero un tal Claudio II Gótico (con este nombre… ya dice mucho de la persona…), emperador romano, ordenó la muerte del monje cristiano porque desafió la orden imperial que prohibía el matrimonio a los soldados profesionales. Pero mientras estuvo encerrado, su carcelero le pidió que diera clases a su hija Julia, a base de lecciones y horas juntos, Valentín se enamoró de la muchacha. La víspera de su ejecución, envió una nota de despedida a la chica en la que firmó con las palabras "de tu Valentín", de ahí el origen de las cartas de amor y poemas que se envían los enamorados en la actualidad


Antiguamente algunos creían que el día de San Valentín era una fiesta (y aún hay quien lo cree…) cristianizada del paganismo. Pero hoy en día, cada 14 de febrero es un día tan comercial como el día de Papa Noel, los Reyes Magos, el día del Padre, de la Madre,… (¿Y el de los hijos? Ah no!! Que “santeamos” todos los días… ¬¬)


Como vemos, los enamorados tienen un día en nuestro calendario para demostrar o reafirmar su amor mediante regalos, dedicatorias o poemas. Yo, sin embargo, me puedo considerar como anti San Valentín, no es que no sienta alegría por esa fecha, ni rechace su celebración; por el contrario, yo prefiero las demostraciones de amor y amistad todos los días, los 365, los 12 meses que se compone el año, y no en uno solo día. No quiero esperar hasta el día señalado para que me digan, ni para decirles a los míos que los amo, que los adoro.


Prefiero a mi lado esas personas que me diga “te amo” o “te quiero” cuando haya risas, cuando sonría, cuando llore, cuando esté dando brincos de felicidad, cuando tenga un mal día, mal humor,… Prefiero a esa gente que me escuche, no solamente cuando las cosas me vayan bien. Prefiero que me den un beso, un abrazo, un regalo, una dedicatoria o un poema en cualquier día del año, cuando esa persona crea que es el momento oportuno, el ideal, no importa el espacio ni el tiempo para demostrar lo que uno ama, lo bonito está en hacerlo cuando uno quiera, no porque cada vez que paseamos por la calle vemos los escaparates de las tiendas inundadas de carteles señalando esa fecha, para que tú entres “por obligación” a comprar un detalle. Es como la costumbre que se impuso en China, que todas las mujeres tienen que regalar bombones a todos los jefes, novios, a todos los hombres… ¿Eso es bonito? ¿Es original? Si aquí sucediera jamás compraría bombones para nadie. Un regalo se hace porque uno quiere.


Prefiero dar amor constantemente. Nada de intereses materiales, ni económicos no quiero sacar provecho a nadie. Simplemente amar todos los días.


También tengo que decir que quizás sienta que soy anti San Valentín porque nunca tuve un detalle en ese día en mi vida.


Pero aún así…. Feliz día.”


Sigo sin recibir ese detalle para ese día tan señalado, dos años después… Pero este año diré que da igual el estado en que os encontréis, si solteros, casados, divorciados, viudos, con alguien… La mayor felicidad es quererse a uno mismo. Así que este sábado, me regalaré una caja de bombones que tanto me gustan, y sé que con eso me sacaré una sonrisa de oreja a oreja.




Aquí estoy yo

Published by Shushyma under on 2/11/2009 04:31:00 p. m.

Esta canción me emociona estos dias... Seré cursi y hortera... Pero me gusta...
(Aquí os dejo el link)
http://www.youtube.com/watch?v=WAVK_lofFeA


(Aleks Syntek)
Aquí estoy yo para hacerte reir una vez más,
confia en mí, deja tus miedos atrás y ya te verás.

(Noel Schajris)
Aquí estoy yo con un beso quemándome los labios,
es para ti, puede tu vida cambiar, déjame entrar.

(David Bisbal)
Le pido al sol que una estrella azul,
viaje hasta a ti y te enamore su luz.

(Coro){Luis Fonsi y todos)
Aquí estoy yo, abriéndote mi corazón,
llenando tu falta de amor, cerrándole el paso al dolor,
no temas yo te cuidaré, sólo aceptame.

(Aleks Syntek)
Aquí estoy yo para darte mi fuerza y mi aliento,
y ayudarte a pintar mariposas en la oscuridad, serán de verdad.

(Noel Schajris)
Quiero ser yo el que despierte en ti un nuevo sentimiento,
y te enseñe a creer y entregarte otra vez sin medir los abrazos que des.

(Luis Fonsi)
Le pido a Dios, un toque de inspiración
para decir lo que tu esperas oir de mí.

(Coro){Luis Fonsi y todos)
Aquí estoy yo, abriéndote mi corazón,
llenando tu falta de amor, cerrándole el paso al dolor,
no temas yo te cuidaré, sólo aceptame.

(David Bisbal)
Dame tus alas, las voy a curar…
(Luis Fonsi)
y de mi mano te invito a volar…..

(Coro){Luis Fonsi y todos)
Aquí estoy yo, (aquí estoy yo)
abriéndote mi corazón, (ay, mi corazón)
llenando tu falta de amor, (tu falta de amor)
cerrándole el paso al dolor, (al dolor)
no temas yo te cuidaré, (te cuidaré)
siempre te amaré.



Hellen Adams Keller

Published by Shushyma under on 2/09/2009 01:37:00 a. m.


Un día me mandaron leer la vida de Helen Keller, y fue una historia increíble, me encantó, por el afán y la lucha constante de aquella mujer. La admiro por su valentía y las ganas de vivir. Después de leerla, hice un trabajo sobre ella. Para los que no sabéis quién es ella, lo voy a comentar a continuación.



La vida de Helen Adams Keller es un ejemplo de como se pueden superar las barreras con que nos podemos encontrar en la vida.



Nació a finales del siglo XIX en EE.UU., en el seno de una familia acomodada. Era un bebé sin problemas hasta el día en que una enfermedad la privó del oído y la vista, a los diecinueve meses de vida.



Fue creciendo de forma salvaje y caprichosa porque a sus padres les daba lástima y la consentían mucho, en todo lo que ella quería. Hasta que con los seis años, la familia estaba desesperada por su comportamiento, así que emprendieron un viaje a Baltimore, para que la viera un médico especialista, que los aconsejó visitar a un experto en educación de Sordos, llamado Graham Bell. Éste les sugirió escribir a Michael Anagnos, director de una escuela de ciegos en Massachussets, para solicitar una institutriz, una persona que educara y enseñara a Helen. Esta persona fue Anne Sullivan, que también era casi ciega y tuvo una infancia muy difícil, creció en un orfanato. Después de dos operaciones, recuperó algo de visión, y logró estudiar y hacerse profesora. Aceptó, con gusto, trabajar con Helen Keller.



El primer objetivo de Anne fue enseñarla a comportarse, principalmente en la mesa. Para no tener interferencias familiares, decidieron instalarse en una cabaña cerca de la casa. En el mes siguiente, se notó un cambio espectacular que sorprendió a quienes la conocían, considerándolo un “milagro”.



Al principio, Anne tuvo que “domarla” por la fuerza porque Helen era como una niña salvaje. Cuando consiguió esto, empezó a tratar de que comprendiera que cada cosa tenía un nombre. Un día le puso la mano debajo del agua y le deletreo “agua” en la palma de la mano, así muchas veces, hasta que lo entendió y la cara de Helen se iluminó. A partir de aquí el aprendizaje fue muy rápido y las ganas de vivir fueron creciendo. Anne le enseñó el método Tadoma y el Braille. También empezó a querer y a respetar a los que tenían a su alrededor y descubrió otros sentimientos como amor, arrepentimiento, agradecimiento, etc.



Poco a poco fue mejorando en sus estudios hasta llegar a ser la primera sordo-ciega que obtuvo un título universitario y siempre con la ayuda de Anne Sullivan, que traducía en las manos de Helen lo que los profesores explicaban en clase.



Después de los estudios, Helen Keller y Anne Sullivan emprendieron un largo viaje por todo el mundo haciendo conferencias sobre su vida y recaudando fondos para construir una escuela para discapacitados en Nueva York y también para mejorar la vida de los que eran rechazados y erróneamente educados en asilos.



En 1922, Anne dejó de trabajar con Helen debido a una enfermedad. Años más tardes moriría, dejándole un gran vacío, pero siguió con sus viajes con Polly, quien había comenzado a trabajar, para las dos, años atrás. Sin embargo, en 1960 mure Polly Thompsom y Helen tuvo que retirarse de la vida pública por su salud, que se estaba deteriorando y quedó en manos de Winnie Corbally, una enfermera que acompañó a la famosísima Helen hasta su muerte, en 1968, a los 87 años.



La vida de Helen Keller me hizo reflexionar mucho. Ella demostró que, por muy difícil que sean las cosas, se pueden conseguir todo lo que uno se proponga.



A partir de ahora, la vida de Helen va a ser un claro ejemplo para mí, y en los momentos en que vea las cosas muy difíciles o muy complicadas, me acordaré de ella, porque todo se puede conseguir con esfuerzo y de las personas que están a mi lado apoyándome.



“Mi mano es para mí, lo que el oído y la vista juntos son para vosotros”




El viaje soñado: Capítulo III

Published by Shushyma under on 2/08/2009 11:04:00 p. m.


Después de ruborizarme por mi 'estado de shock' en el restaurante, nos dimos un pequeño paseo antes de situarnos y seguir con nuestra ruta planeada. Por el camino estuvimos hablando sobre los valores, los principios, las cosas que teníamos en común, y coincidíamos en la veces le dábamos muchísimas vueltas a las cosas cuando en realidad era mucho más sencillo. También hablamos del amor, de la desilusión, de la fantasía... Nos contamos cómo nos imaginábamos a nuestra pareja, pero es que cada vez que le oía, parecía que estaba hablando de mí, al igual yo hablaba de él, no nos dimos cuenta hasta más tarde, de que nos amábamos desde el primer instante en que nos vimos, pero aquello no podía ser, pues la distancia no nos permitía.



Prácticamente estuvimos todo el día callados, ya que nos llamó la atención la cantidad de gente que se movía por la calle, el sonido que emitía por los altavoces en toda la ciudad, las llamadas de oración (que se oye todo el día, lo que más me llegó al alma fue nada más despertarme por la mañana, oír como rezaban, es algo que aquí en España no sucede)… Se respiraba una atmósfera realmente especial, llena de respeto, inquietud, admiración, devoción por la religión… Era realmente asombroso ver todo aquello. La Cisterna de Basílica (o también la Cisterna de Yerebatan) era enorme, había columnas por todas partes, si no me equivoco son 336. El guía nos explicó que durante los asedios, los enemigos destruían los acueductos o envenenaban el agua, por eso se vieron obligados a depositar el agua potable en estas cisternas, y de este modo, utilizarla en caso de necesidad. Mi cara en aquel momento fue memorable, porque David se rió y le dije en voz bajita “recuérdame que no beba agua en ninguna fuente, por si acaso…”. Estuvimos en el Hipódromo, a ver la columna de Cantería, la columna Serpentina, etc. Al lado estaba el museo de Santa Sofía, la Fuente Alemana, la Fuente de Ahmet III, entramos en el Palacio de Topkapi, vimos las Murallas Marítimas, Parque Sultanahmet y cuando llegamos a la Mezquita Azul, nos quedamos boquiabiertos, que ahí algo sucedió que nos cogimos rápidamente las manos y nos apretamos con tanta fuerza que él tiró de mi, y nos dimos un enorme beso, de esos que te quedas sin aliento, atontada y perdida. Así me sentí yo. Después, al reaccionar nos pusimos tan colorados que nos pusimos a andar sin parar. Le pedí a David que fuéramos primero al Bazar Egipcio, es decir, al bazar de las especias, al salir de allí me pillé un colocón… Algo mareadilla con tantos olores y colores… Después al Gran Bazar, estaba como loca!! Quería comprar todo, todo lo que veía me parecía precioso, pero él me frenaba diciéndome “¿y luego dónde lo vas a guardar? ¿Te caben todas esas cosas en la maleta?” En ese momento, me sentí como frustrada, ¡vaya aguafiestas tenía a mi lado! Al salir, le compre un regalo, un pergamino en árabe, insistió tanto en saber que es lo que ponía pero no se lo dije… Me limité a sonreírle.



Al final de la tarde, estábamos tan cansados que fuimos derechitos al hotel a cenar y a descansar, que al día siguiente nos esperaba un viaje a la capital, a Ankara, tal como lo habíamos planeado.



En esa noche, tumbados en la cama, vimos un poco la tele, no entendimos lo que decían en los canales locales ni mucho menos pudimos imaginarnos que es lo que decían, y menos mal que en ese hotel tenían canales internacionales…



No nos atrevimos a mirarnos ni a tocarnos después de aquel beso, pero después de la caminata del día, acabamos rendidos. Ni nos dio tiempo a darnos las buenas noches…



Al día siguiente, recogimos nuestras cosas y fuimos a la recepción del hotel, nos quedamos un poco cortados porque el chico nos despedía como “señora Cristina… Señor David… Que tengan un buen viaje.” Aquello me pareció tan formal, como si fuéramos un matrimonio.



Pedimos un taxi y me agarré al asa de la puerta porque pensé por un momento que no ibamos a salir vivos de ahí, pues el taxista conducía a tanta velocidad que me llevaba cada susto… Estuve todo el camino tiesa como una piedra y de mi boca salía un “uy uy… aaayyy… uuufff… casi….. uuuyyy….” Me bajé temblorosa y me palpé por si seguía entera… Sentía un escalofrío por todo mi cuerpo…



Ya en la estación de tren, en la cafetería mismamente, David quiso romper el hielo, y nos pusimos a hablar de lo que queríamos hacer, del buen tiempo que hacía,… Después surgió el tema del beso del día anterior. Nos dijimos que ese beso significó mucho para nosotros, que fue una mezcla de arrebato y ganas de besarnos desde hacía tiempo. Pero que no teníamos prisa, que aprovecháramos este viaje para conocernos más, y que surja lo que tenga que surgir, y si al final quedaríamos como amigos, pues que recordaremos ese beso como un afecto entre amigos…



Estábamos un poco perdidos por la estación de tren, no sabíamos en qué vagón teníamos que subir. Una vez en el camarote, dejamos las maletas en la parte superior de la litera, y nos tumbamos en la estrecha cama de abajo, mirándonos a los ojos y de camino a Éfeso, que está al extremo norte de Panayr Dag (el antiguo monte Pion), David me relató la Leyenda de los siete durmientes de Éfeso, le miraba sonriente, y luego se inventó un cuento sobre dos jóvenes que se enamoraron en un país exótico, en el que él iba por negocios, y ella a visitar a su hermano mayor. Sin darnos cuenta empezamos a acariciarnos, él me tocaba el pelo y la mejilla, mientras yo le agarraba su brazo estrechándolo contra mí. Acto seguido me preguntó muy serio que es lo que ponía en el pergamino que le había regalado, y le dije: “Te doy este pergamino para que te acuerdes de mí, de nuestro viaje, espero que lo recuerdes con mucho amor, con mucho cariño, al igual que yo, que siempre estarás en mi corazón. Te quiero, siempre seré tuya, Cristina”. Un fuerte pitido hizo que pegáramos un brinco y separarnos de nosotros mismos, era un aviso de que nos aproximábamos a una parada. Pero no era nuestro turno, aun quedaba mucho camino por delante. Me senté en la cama y David se puso nervioso, no paraba de ir de un lado para otro de nuestro camarote, hasta que me dijo que salía a dar un paseo. Me quedé allí a leer un libro hasta que me quedé dormida.



Cuando me desperté estaba David sentado en la otra litera con un aspecto muy serio, como si estuviese enfadado. Quizás estuviera enojado conmigo por habernos acercado de más, y porque era algo contradictorio a lo que acabábamos de decir en la cafetería de aquel estación. Pero no dijo ni una sola palabra hasta llegar a nuestro destino, a Ankara.




El viaje soñado: Capítulo II

Published by Shushyma under on 2/06/2009 12:03:00 a. m.


A la mañana siguiente, me despierto y me encuentro a David a mi lado mirándome, creo que ya llevaba un buen rato contemplándome… Así que le di los buenos días, él empezó a decirme que hacía un día precioso, que tenía hambre. Nos preparamos para bajar al restaurante a desayunar, yo evidentemente, pedí unas tostadas con mermelada de frambuesa y de albaricoque, un zumo de naranja y café con leche. David pidió lo mismo, pero solo con leche fría. Al finalizar subimos de nuevo a la habitación a limpiarnos los dientes y a coger mi bolso… Bueno vale, mi “maxi” bolso… Aunque David no entendía cómo podía llevar semejante complemento, me reía de él porque después me pidió que guardara su cámara de fotos, el móvil, el monedero… Y le frené porque no quería contagiarle mis hábitos.



Una vez fuera del hotel saqué mi bloc de notas que tenía apuntado todos los sitios que había mirado días antes por Internet, los planos, observaciones de cada punto a dónde íbamos a visitar. Y le dije “mmm David… y ahora por dónde vamos?” Me cogió de la mano y me dijo “¿No querías vivir una aventura a lo loco? ¡Pues perdámonos!”



Parecíamos dos chiquillos felices por la calle, asombrados con cada cosa que veíamos, como si jamás hubiéramos visto uno igual. Como si nunca hubiéramos visto una fuente, o un edificio, o una iglesia… Es que en realidad nunca habíamos visto nada igual… Sus esculturas eran impresionantes, sus construcciones eran de tal admiración… Que parecían que no habían pasado los siglos allí.



Por fin habíamos llegado a la Fortaleza de Rumeli Hisar… Nos enamoramos… Del paisaje… Ver esa torre pegada al mar era espectacular, nos sacamos mil fotos juntos en todas partes, mas de uno se debió de hartar de nosotros, por insistir tanto en que nos sacaran una… La verdad es que me cansé de tanto subir escaleras, y David me vacilaba porque allí no había ascensor…Esta Fortaleza tiene tres gruesas torres circulares con 13 murallas defensivas. Alguien nos explicó que aquello dejó de ser una fortaleza para convertirla después en una prisión y posteriormente, en lo que es ahora, un museo. Nos enseñaron desde arriba de la torre, la Fortaleza de Anatolia Hisar, que se sitúa en la orilla asiática, es decir, al otro lado. Nos cogimos de la mano y nos fundimos un gran abrazo tierno, contemplando aquel paisaje, la brisa…



Al salir de allí fuimos al Museo de Sadberk Hanim, un museo etnográfico. Había ropas, telas, vajillas, objetos de arte de la época otomana, muy interesantes, por cierto, son las vitrinas donde se representan la pedida de mano, el cuarto donde estaba la mujer con su bebé por 40 días después del nacimiento o la "cama de la circunsión". Hubo una señora que nos preguntó si éramos pareja, por cómo nos mirabamos, porque nos tratábamos como tal…



Cuando ya era la hora de comer, nos metimos en el primer restaurante que encontramos. Hicimos un poco el payaso al leer el menú, porque no sabíamos lo que decía, así que pedimos dos platos: Yogurlty dövme çorbasi y Tepsi böregi. Estaba bueno… Nos sabía raro… La verdad… Preferimos no saber qué es lo que contenían aquellos dos platos, aunque luego lo averigüé, no veía nada raro.



Por un momento miré a David con otros ojos, que nunca antes le miraba así, él me pregunto si me pasaba algo… En ese preciso momento, pensé rápidamente que era porque estábamos realizando este maravilloso viaje que estaba comenzando, no quise darle mas vueltas…




El viaje soñado: Capítulo I

Published by Shushyma under on 2/04/2009 11:16:00 p. m.


Todos alguna vez hemos querido (o deseado) viajar a algún sitio en concreto. Pues una vez surgió el tema de a dónde nos gustaría ir, así que David y yo planeamos juntos un viaje a la Antigua Constantinopla. Planeamos el viaje, de tal forma que fuera inolvidable, que aparte de conocer un país, una ciudad, sus alrededores y sus costumbres, distintas a la nuestra, quisimos que los días que íbamos a pasar fuera de casa, nos conociésemos más como personas.



Me fui a Madrid en tren ansiosa por verle, y por supuesto que estaba nerviosa ¡¡porque nos íbamos a Estambul!! Él me espero en la estación de Atocha, cuando lo vi me eché a reír, por sus famosos mofletitos rojos, ¡que tanto me hacen gracia!. Después me acogieron en su casa esa noche, un día antes de partir al Oriente Medio.



Habíamos pasado la noche hablando sin parar, él con su Mac y yo con mi notebook EeePc, cotilleando a tope… Cuando nos dimos cuenta, tan sólo faltaban dos horas para ir al aeropuerto, así que decidimos que ya dormiríamos en el avión de camino a Estambul y nos levantamos de la cama para prepararnos. David se quedó boquiabierto y me dijo: “¡cómo sois las mujeres! Qué horror…”, cuando le pedí que me guardara alguna ropa y mis cosas en su maleta, pues yo llevaba una… Un pedazo maletón, la mochila y un bolso… ¡No me cabía todo! No sabía porqué…



Dimos tantas vueltas por Barajas… en la T4… casi no nos dejaban subir al avión!! Ya sentados allí arriba, nos pusimos tan eufóricos, tan nerviosos, tan contentos… que ya no sabíamos qué decir ni hacer… Pero no pasaron muchos minutos para quedarnos dormidos, yo tenía la cabeza apoyada en su hombro, y él me acurrucó.



Cuando llegamos a Atatürk, el aeropuerto internacional de Estambul, ya no sabíamos por dónde meternos, así que seguimos a la masa, hasta encontrar la salida. Una vez fuera… ¡QUÉ CAOS! Estaba a tope de gente, coches pitando, parados, gente chillando para conseguir un taxi, taxistas discutiendo por la clientela… Los turistas iban de un lado para otro… Salimos de allí como pudimos, David me agarraba la mano para que no me perdiese por el camino, y nos subimos al autobús, nos esperaban 28 km por delante hasta llegar a la ciudad. Nos quedamos pasmados mirando por la ventanilla, el paisaje, los edificios, el colorido, sin decirnos ni una sola palabra… Una hora después, logramos llegar al hotel que habíamos contratado. Ya en la habitación caímos de espaldas a la cama y nos echamos a reír porque me llevé una torta en la cabeza contra el cabezal de la cama.



Vino una chica intérprete al cuarto para explicarnos cuáles eran los horarios de restaurante, y lo que disponían en las instalaciones del hotel. Nos atendió muy amable a nuestras preguntas y dudas de cómo movernos por ahí.



Nos duchamos para despejarnos un poco y nos pusimos guapísimos para salir y aprovechar así la tarde para pasear por los alrededores del hotel y cenar en una terraza, que hizo una noche espléndida.



Al llegar al hotel, fuimos derechitos a la cama, a descansar. Nos dimos las buenas noches y cerramos automáticamente los ojitos…