¡Felicidad! Que nombre tan bonito tienes
Published by Shushyma under on 4/05/2016 02:03:00 a. m.
Durante mucho tiempo rondaba por mi cabeza frases tipo: “¿pediré cosas
imposibles?, ¿seré demasiado exigente?, ¿por qué no le quiero?, ¿y él,
realmente me quiere?. Todos son iguales”.
Me resistí, dejé de pensar…
Siempre se empieza con ilusión las relaciones, hasta que una se cansa de
los rollitos de primavera que no van a llegar a ningún puerto. De amores
pasajeros, amores vacíos, de relaciones que se dejan a medias o que se está
para pasar el rato. Muchas veces perdemos el tiempo en relaciones dañinas,
buscando respuestas que no sirven para nada y nunca sucede nada de lo que cabía
esperar.
Pero siempre diré que la relación más dura es aquella en la que una persona
quiere y la otra no… ¡Cómo duele! ¡Cuánto se siente!
Siento envidia sana al ver a los que me rodean con pareja, ver sus caras
que radian de felicidad. Los felicito.
Esto me hace pensar si realmente estoy haciendo bien las cosas, ¿en qué
fallo?, ¿seré yo?
En lo que a mí me respecta, he pasado por todas las etapas, he superado
trabas, pruebas, retos que se presentaron en mi vida poniéndome por delante
relaciones que no cuajaron, no funcionaron, parejas que me hicieron daño E incluso
personas, sin tener nada, fueron hirientes. Aún así, he aprendido con las
experiencias, me han hecho más fuerte y a la vez más débil.
Un día te das cuenta que todo comienza de nuevo, que algo bonito está
sucediendo. Te conocí. Justamente cuando menos lo esperaba pero llegaste a mí
cuando más te necesitaba. He traspasado la línea de la amistad y entré en otra
dimensión cuando surgió esa conexión perfecta entre los dos. Aparecieron las
miradas, las caricias y los besos. Los mayores deseos se vuelven cada vez más
intensos.
Noto como mi corazón se derrite cada vez que pienso en ti. Se van sumando
nuevas sensaciones desde que aparecieron las dos palabras mágicas. Se va
haciendo fuerte el sentimiento pero tengo miedo de que llegue el momento en que
aparezcan las dos siguientes palabras mayores, porque ahí es cuando mi razón da
un mazazo y mi corazón se hace un puño. Se asusta, huye.
Me entra el pánico, el miedo a enamorarme y no poder controlar los
sentimientos, miedo a pensar que me harás daño.
Tengo una lucha constante entre la razón y el corazón. No sé por qué pero
el del norte pesa más y siempre ha ganado. Quizás por eso nunca seré feliz.
Es irónico cuando pienso en lo bonito que sería encontrar a alguien que
vaya a la par contigo, que no sólo quiera aparearse con tu cuerpo sino también con
tu mente, tus sueños, ilusiones, tener ambiciones conjuntas. Lo bonito que
sería convivir con una persona que te apoye, en quien confiarle los secretos.
Crecer con ella, cuidarla y mimarla. Básicamente, ser feliz.
Temo cada vez que te oigo preguntar “¿qué te pasa?” porque siempre digo la
misma respuesta: No me pasa nada, sólo estoy pensando… Pienso demasiado.
Quizás algún día mi razón se deje llevar con el corazón. Quizás algún día
ganará el corazón, el amor.