Mi perdición

Published by Shushyma under on 8/25/2009 01:42:00 p. m.


Le he visto y con sólo ver sus ojos y su sonrisa me ha hecho olvidar el cabreo que tenía con él. Es increíble el poder que tiene él en mí…


Hay una cosa que tengo muy clara, sé que tiene muchos más defectos de los que yo conozco, pero también tiene virtudes y por eso le valoro mucho como persona, a pesar de nuestras diferencias y nuestros errores.


Reconozco que me he pasado tres pueblos con él y siento mucho haberle dicho cosas que pudieron herirle. Sobraban ciertas palabras… Lo sé. Pero también me gustaría que entendiera que fue el sobrecalentamiento de aquel momento lo que hizo que soltara de mi boquita preciosa esas perlas…


Estos días, alguien muy cercano a él me hizo recordar que le sigo adorando como nunca y que todos nos equivocamos alguna vez y que nos arrepentimos. Gracias a esa persona, que sin haber hecho nada, simplemente hablar conmigo, ahora estoy tranquila y alcé la bandera blanca en son de paz.


En este caso, me alegré de poder verle de nuevo, aunque no sea de la forma que me hubiera gustado, pero sé que esta muy bien (y en todos los aspectos…).


Así de claro voy a decir una cosa: Él es mi perdición y no lo puedo evitar.


Con mi perdón y un beso, espero que él sepa que me tiene para lo que necesite, que ahí voy a estar siempre, a su lado.




No le entiendo...

Published by Shushyma under on 8/07/2009 01:37:00 a. m.


Primero quiero dar las gracias por el apoyo que estoy recibiendo estos días, y desde aquí, os mando millones de besos a cada uno.


Llevo una semana tristona y me está durando este dolo. Le he dado mil vueltas a la cabeza y…


No paro de pensar en cómo nos conocimos, en cómo me mintió y le perdoné, aunque luego nos hemos reído muchas veces por aquel hecho. Pienso en cómo fue evolucionando nuestra relación de amistad, en todo lo que vivimos (o mejor dicho, en todo lo que viví), por todo lo que hice por él y lo que él hizo por mí. Rememoré muchísimas conversaciones que tuvimos, frases sueltas. Recuerdo risas, discusiones, caricias, besos, abrazos… El compartir cosas también. Ahora solo puedo darle las gracias por haber tenido la oportunidad de conocerle y de quererle muchísimo.


Lo más triste es que a día de hoy, me da la sensación de que voy por la ciudad como un alma en pena. Tengo la mirada perdida, sin fijarme en un punto en concreto no veo nada, simplemente a él, su cara, su sonrisa. Se me llenan los ojos de lágrimas, a parte de que es por todo lo que siento por él, lloro también cuando me doy cuenta de cómo estamos estropeando todo, tiramos por la borda todos estos años que nos unió la amistad. Incluso por todo lo que dije en este blog durante estos meses… Leo y releo todos los post que escribí sobre él, todos los días.


Llevaba muchos días planeando una sorpresa para él, pero creo que no se la puedo dar y a lo mejor le iba a hacer mucha ilusión al igual que a mí. Pero no lo voy a saber nunca. Todo este tiempo que anduve ahorrando dinero, lo tendré que invertir en otra cosa.


Duele pensar: “Joder… Después de estar pendiente de él, de aconsejarle por su bien, de apoyarle, de animarle a hacer cosas, a conocer gente nueva, de hacer hasta lo imposible para sacarle una sonrisa ¿Me hace esto?”


Dolerá siempre, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos (Amén), aunque muchos me digan que existe una línea muy estrecha entre el amor y la amistad, y que a veces el hecho de cruzar esa línea, es peor que quedarse sólo como amigos. Pero no me importa, porque sé que él estará bien, con o sin mí. Es lo único que me consuela…


Una semana, por no decir tres… Intentando entenderle sus reacciones, que no se preocupase por mi ignorándome y acabo de descubrir que aunque no me hable, sé que me lee por aquí. No lo entiendo… ¿Por qué?


Resulta que no puedo llegar a comprender por qué se esconde de mí ahora… Quiero, pero no logro entender cómo es posible que un día me cuente una cosa y que a los cinco días posteriores me diga otra versión, que para colmo no me lo dice a la cara, sino a través de una notita, para que cuando yo llegase, lo viera…


En tan poco tiempo consiguió volverme loca con sus comentarios, y el no entender, aún más, su reacción. Él me hace confundir bastante las cosas…


Por eso, me gustaría pedirle un gran favor, aunque sea la última cosa que haga por mí. Quiero pedirle que recuerde la gran conversación, palabra por palabra muy despacio (si tiene lagunas, le ayudaré a recordar), le pido que se ponga en mi lugar, que entre línea y línea, lo vaya interpretando y diga qué es lo que hubiera pensado él, si fuese al revés.


Que me diga si yo estaba equivocada por pensar así, por interpretar mal lo que él textualmente dijo.


Después, daré el tema por zanjado y le dejaré en paz, si es que tanto le molesto y dificulto su vida. No quiero hacer la vida imposible a nadie.


Si en verdad estuviese equivocada ¿Por qué no se defendió? ¿Por qué no reunió todo el valor y las santas narices de frenarme, plantarme y decirme lo que me tenía que decir?


Por más que lo piense, sigo sin entenderle…


Es curioso ver como no es capaz de enfrentarse a mí, a defender su verdad, su versión definitiva, pero lo hace a “escondidas”, dejándome mensajes o notitas sin poder responderle al instante.


Creo que en esta historia no hay personajes buenos ni malos. Sino que somos dos personas, que por lo visto, definimos nuestros sentimientos de distinta manera, sin embargo, cuando a mi me importa y quiero a una persona, sólo tengo cabeza, corazón y ojitos para él, y las demás personas no existen para mí en el terreno sentimental. Me centro por la persona que quiero estar y no hay más historia. Eso es lo que siento yo ahora…


Ahora mismo, siento que él crea que le haya insultado por las cosas buenas que me ofreció, porque no es verdad. Se lo agradeceré siempre por eso. Al parecer, no entiende que le insulté por las cosas malas que él supuestamente me dijo que hizo. O lo que yo interpreté que él mismo dijo.


Da igual…


En realidad, la historia que tan mal le pareció, es la conversación que mantuvimos, pero interpretada por mí, tal como yo lo veía.


Siento de corazón este pequeño o gran malentendido, según como se mire… Esto me recuerda los seis meses que me costaron sin saber nada de él. A diferencia de aquel malentendido, me dolió porque era mi amigo, y en esta vez, me duele mucho más y lo paso mal porque no es lo mismo. Además, sufro cuando en mi cabeza no para de resonar una frase: “Te quise, te quiero y te querré siempre. De esto no lo pondré en duda nunca.”


Para todos aquellos que me conocéis, sabéis que doy infinitas oportunidades, basta con hablar las cosas, buscar dónde nos hemos equivocado, rectificar a tiempo y volver a empezar de nuevo. No hace falta que ponga un cartel que diga “te regalo una segunda oportunidad”, es sólo buscarme si de verdad me queréis recuperar. Incluso podría soportar escuchar “créete lo que quieras, que yo no te lo puedo demostrar”.


Para terminar, me gustaría hacerle saber, si no nos volveremos a hablar, que le deseo como siempre toda la suerte del mundo y que sea realmente feliz. Espero que él sepa que le recordaré como aquel chico que mimé.


¡Hasta siempre!




Bla, bla... Bla, bla, bla.

Published by Shushyma under on 8/01/2009 02:18:00 p. m.


-


- Me acabas de dejar flipado.


- Pues es lo que pasó y es lo que hay…


- ¿Os habéis vuelto a hablar?


- ¿Él y yo? Tú qué crees… Yo desde luego que no seré la que diga la primera palabra. ¿No te parece? No he hecho nada… Y él es demasiado orgulloso, debe ser que creerá que me agacharé las orejas otra vez y que le llamaré… Y no creo que deba hacerlo, aunque le eche de menos…


- Con lo bien que se te veía, por lo que me contabas…


- Ya… ¿Sabes? Esto me pasa por confiar en la gente, por creer cada palabra que salía de su boca. Pero he aprendido la mayor de todas las lecciones, y es que no puedo creer ni en falsas ni verdaderas promesas. Por prometer… Yo bien podría prometerte la luna, ¿no? ¿Cuántas veces te dije lo de “nunca te fíes de las promesas que te regala un hombre”? ¡¿cuántas?!. Ya no quiero promesas, ¿para qué? Quiero hechos…


- Pero Kris… Yo te prometí algo y lo cumplí, ¿o no?


- Tú no cuentas… Que eres la excepción que confirma la regla. Además, ya me da igual, me voy a convertir en lesbiana!! Y a ver qué tal…


- Jajaja ¡Boba!


-


- Pero, ¿de verdad no te quiso ni un poquito? Es que me resulta demasiado difícil de creer.


- ¿A si? Pues por lo visto no… No debí ser suficiente para él. Mira… Lo que más me duele es que fuera precisamente él quien me hizo esto. Mi mejor amigo durante muchos años, esa persona que defendí siempre y él aún no se dio cuenta de que estuve a su lado desde el primer día, incluso cuando vino a desahogarse a mi casa… Eso él no lo valora, y sino, es que se le ha olvidado por completo. Y como le dije a mi ex: “cuanto más te preocupas por alguien, más por culo te dan”. Y es así, lo digo por experiencia…


- Kris… Siempre supe que él era muy importante para ti. Pero si él no valora la clase de persona que eres, que vales muchísimo… Olvídate, será un gilipollas. Y la verdad es que me gustaría que lo arreglaseis, más que nada por ti. Y yo como chico que soy, nunca te cambiaría por nada ni por ninguna otra… ¡¡¡Ya!!! Ya sé que “no me ves con los mismos ojos que le miras a él”… Qué pesada eres con esa frasecita, ¿eh? ¡¡Envidia me da ese chaval, coño!!


- No lo sé cielo. Además estoy cansada de pelearme con la gente, cansada de tener estos estúpidos altibajos. No sé que debo hacer mal, no me doy cuenta del fallo… No consigo encontrar a alguien que me quiera y me haga feliz. Tener una relación estable y normal… Ya ves… Primero me salen príncipes, pero después del beso, me salen sapos… ¿Qué?... ¡¿Pero qué haces?!


- ¡¡Cásate conmigo, por favor!!


- Jajaja. ¡Sabes que no, chiquitín! ¡¡No puede ser!! Jajaja.


- ¡Joder! Yo flipo contigo… Quién te ha visto y quién te ve… ¡Estas enamorada capulla!


- Psss… Ya se me pasará. Dicen que es como la gripe…


- Oye… Si logras hablar con él, dile que más tonto no puede ser… Si yo soy él, no me lo pensaba dos veces. Iría a por ti, te lo juro, eso sí, tendría dos opciones de respuesta: una que me dieras una ostia olímpica, de las que tú sabes dar… O la otra opción del perdón, que me perdonaras y no haría más el gilipollas…


- Jajajajaja. ¡Eso si que ha sido muy bueno! ¡Qué va! ¿No ves que anda muy ocupado con sus cositas? Ahora que está a gusto… ¿Por qué será?... Jajajajaja. Y ahora hablando en serio… Él no lo hará en la puñetera vida, él tomó esa decisión, y yo la respeto… Así que estás demasiado lejos de acertar…


- ¡Bah! Ya hablaremos…


- Ya lo verás…